
Sinceramente cuantos somos los que a través de fármacos nos tratamos y nos terminamos enganchando a ellos pensando que no podríamos seguir adelante sin esa pastilla en la boca. Hemos perdido nuestros orígenes, nuestros conocimientos ancestrales.
¿Alguna vez te has sentido angustiado por una situación y al salir a la calle has visto un verde parque, silencioso y bañado por los rayos tímidos del Sol y has sentido la necesidad de entrar en el? ¿O esa difuminada lluvia deseabas que te callera por la cara y el pelo sintiendo que con ello limpiabas tu estrés? ¿Te has bañado con la luz de la luna llena haciendo una respiración profunda y sintiendo su energía dentro de ti?
La naturaleza nos da lo que necesitamos y cuando lo necesitamos, solo tenemos que disfrutar de ella y ser respetuosos con lo que nos rodea. Todo posee una energía vital que nos puede transformar, desde el canto de un pájaro hasta el aroma de la hierba fresca.
Mira a tu alrededor y piensa ¿por que esas malas hierbas están ahí? Posiblemente te están indicando que las uses, que son tu posibilidad de mejorar tu vida o tu energía y con ello tu salud.
Sabemos que una de las grandes enfermedades que nos invaden es el desequilibrio emocional debido al estrés, falta de sueño, prisas, horarios,…. Ello nos pasa una factura que se refleja en dolencias corporales las cuales tratamos pero no vamos a la fuente, al problema. ¿Cuantas veces te has sentido mal del estomago y te has tomado una tisana y has notado su efecto? Puede ser una manzanilla o un poleo pero la magia se produce dentro de ti. Es una planta y no tiene ningún compuesto químico que la haga especial. Como ella hay miles de plantas a nuestro alrededor que nos esperan para ser descubiertas y usadas.
¿Quieres cambiar? ¿Deseas descubrirlas? llevo años trabajando con ellas tanto a nivel emocional como a nivel corporal. Tanto internamente como externamente y te aseguro que merece la pena.
Iremos hablando de esa interacción que poseen en nosotros y sus ciclos vitales para disfrutarlas.